Enel silencio de mi alma, escucho la voz que guía mis pasos hacia una fe inquebrantable, como lo enseñó San Ignacio de Loyola. La luz que alumbra mi sendero es la misma que Ignacio encontró en su conversión: una llama que no se extingue. Al igual que una semilla requiere tierra fértil para crecer, nuestro espíritu necesita de palabras sabias para
AndreaCecilia Ramal AEDIP Equipo Pedagógico - Pastoral Fe y Alegría - Ecuador Quito - 2003. Título: Carta de San Ignacio de Loyola a un educador de hoy Autor: Andrea Cecilia Ramal Edición: AEDIP, Área de Pastoral de Fe y Alegría; Ulloa N 34 – 141 y Lallement;Telefax: (02) 2245-155; E-mail: pastoralfya@ Diciembre de
HrQ0N.